Se me derriten los sonidos,
se escurren del oído, me gotean por la oreja.
Se resavalan hasta estamparse contra el asfalto
y romperse formando un charco de absurda verborrea.
Me quedaré sin saber qué es lo que decían,
aunque la verdad, no me importa.
se escurren del oído, me gotean por la oreja.
Se resavalan hasta estamparse contra el asfalto
y romperse formando un charco de absurda verborrea.
Me quedaré sin saber qué es lo que decían,
aunque la verdad, no me importa.
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