Esa sensación de que te hacen un vacío pasivo.
Regalé mi alma imperecedera
¿para qué? para que nunca más me duela.
...
Se marchó y no hubo despedidas.
Corazón, que anda buscándose la vida.
...
Se ha roto otro peldaño
de la escalera.
Soledad y desengaño
son mi condena.
Después de tantos años,
carcelero, ¿cuánto queda?
Volver, que me hacen daño
los minutos de esta espera.
Pregúntale del tiempo,
y a ver si se acuerda de mi.
Pregúntale si es cierto
que nadie la ve sonreír.
Pregúntale que añora
y en qué piensa cuando llora.
Pregúntale si el tiempo
cambia o sigue lloviendo.